Cosquillas para tus ojos
Mariscal
30/11/89. (Sala 113)
Esta es una exposición muy nueva para mí. No solamente porque la estoy haciendo ahora mismo, sino porque es nueva en el método y el lenguaje que utilizo.
Hace mucho tiempo, el señor Duchamp y varios más, los Dadás, los Surrealistas, los cubistas y los pops y etc. utilizaron el lenguaje del Ready Made.
Yo he partido de este lenguaje montándomelo primero como un juego. Un juego de niños, donde yo mismo me voy haciendo unas normas y unas leyes. Fernando Salas, mi vecino de estudio de Poble Nou, me presentó a un chatarrero que tenemos muy cerca. Es muy grande. Hay de todo. Bueno, casi de todo.
Objetos abandonados, restos, trozos, piezas, pequeños pedazos de objetos que han existido y han acabado en este almacén, van pasando por mis ojos y luego por mis manos y cargados en la furgoneta. Es como un baile, vas haciendo tus rutas por el almacén y vas descubriendo el terreno. Los objetos se van apareciendo y ellos te descubren a ti y tú a ellos.
Es la primera vez que haces asociaciones de ideas, formas y funciones. En el taller los ordeno encima de grandes mesas, visualmente. Hay una continua reflexión y dejar que la casualidad acerque un trasto con otro, y así empiezan a salir las cosas.
Luego en el taller de Promac, un equipo de profesionales de estas nuevas profesiones que salen del cine, de la publicidad, de la tele, de las fiestas mayores, los nuevos falleros tecnológicos que igual te montan una explosión de un coche como te realizan cinco mil muñecas enanas de plástico. Los Promac pegan, construyen, sueldan, ajustan y disfrutan poniendo cariño en estos objetos.
Luego otra vez en casa pasan por uno y mil retoques visuales hay algunos que se destruyen, otros recomponen a otros, simplemente se ponen en su sitio.
Así, ha sido el proceso durante un breve tiempo, pensando en esta nueva exposición.
Sé que no invento nada. Lo único que he querido hacer es probar un nuevo lenguaje. Reflexionar sobre los objetos, volver a tener en la mano y en el coco cosas que son bonitas, que un día se abandonaron, se murieron, que ya no sirven, y volver a recomponer formas jugando a ser objetos. Cada pieza, cuando la analizas te va diciendo cosas, te ves dentro de una cadena de hombres que han diseñado, fabricado, montado, vendido, comprado, transportado, utilizado, desechado estos objetos y que por última vez tienen una oportunidad de volver a existir, esta vez fuera de su contexto. Esta basura de hoy, que se mezcla con basura más vieja, vuelve a hablarnos de cómo son los objetos que normalmente utilizamos y el porqué de formas y funciones.
No sé, de todas maneras es un juego que a mi me sirve para darle cosquillas al coco y también cosquillas a los ojos. A los tuyos y a los míos.
Javier MARISCAL
Barcelona, Noviembre de 1989.